Esta es la receta de mi tradicional rollo de espinacas y salmón. Digo tradicional porque al final es el plato que siempre llevo a todas partes: barbacoas, comidas, navidad… ¿Qué llevo? Trae un rollo de espinacas. Bueno, pues vale.
Saqué la receta hace bastantes años, de algún blog que no recuerdo. Es muy fácil y resultona.
Dejo por aquí un paso a paso, de esos que se pusieron tan de moda hace diez años, para cuándo me preguntan cómo se hace.
Empezamos con los ingredientes: un paquete de espinacas congeladas, un paquete (de los grandecitos) de salmón ahumado, 4 huevos y queso de untar al roquefort.
Sin pretender hacer publicidad, con estos productos es como mejor me sale. Con las espinacas que ya vienen trituradas, a mí no me sale tan bien.
Precalentamos el horno a 180 grados y, mientras tanto, ponemos las espinacas, sin descongelar, en un recipiente apto para microondas unos 7-8 minutos, hasta que estén descongeladas. Las escurrimos y batimos en la batidora junto con los 4 huevos y un poco de pimienta y sal.
La receta original llevaba también un par de cucharadas de harina, pero yo lo hago sin y sale muy bien.
Ponemos la mezcla de espinacas y huevo sobre un papel de hornear:
Horneamos unos 15-20 minutos, hasta que al pinchar con un tenedor notemos que ya está hecha esta especie de tortilla.
Sacamos del horno y lo ponemos sobe papel de aluminio. Vamos a hacer un brazo de gitano. Es más lioso explicarlo que verlo:
Quitamos, con cuidado, el papel de hornear y ponemos el queso y el salmón. Suelo utilizar dos tercios del paquete de queso y el paquete de salmón entero. No lo cubrimos hasta el final, para poder cerrarlo luego bien:
Enrollamos, envolvemos en el mismo papel de aluminio que tenemos y al frigo un buen rato. Yo lo hago de un día para otro.
Y ya está. Cuando lo vayamos a servir, cortamos en rodajas y ¡a comer!